En agosto de 1536 un enorme ejército inca desciende de los Andes con el ánimo de arremeter contra la recién fundada Ciudad de los Reyes, Lima. Liderados por los generales de Manco Inca, dicho ejército buscaba expulsar a los conquistadores hispanos y “hacer justicia”. Las crónicas hispanas siempre hablaron de una valerosa e inteligente reacción de las escasas huestes de Pizarro, centrando todo el mérito de la defensa de Lima en el arrojo y heroísmo español. Aparentemente, de forma deliberada se ocultó el peso gravitante que en los hechos jugaron los aliados indígenas. Este último factor es el que el presente documental resalta, donde los lazos político-familiares de la esposa indígena de Francisco Pizarro (doña Inés Huaylas) adquieren un peso por demás relevante. Y lo será. Por intermedio de su suegra (una de las numerosas esposa de Huayna Capac y gran señora de Huaylas), Pizarro recibirá el auxilio que le permita contener y luego “derrotar” a los ejércitos que Manco Inca había enviado a Lima para restablecer el imperio de los incas. Obviamente, fue una lucha entre indígenas antes que entre europeos y naturales.
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