Si alguien pensó que en el mundo de las fantasías antimercado todo estaba dicho, aquí una novedad desde Argentina. El Secretario de Comercio Exterior del gobierno de doña Cristina Fernández (un tal Moreno) está afinando detalles para lanzar la “SuperCard”. Y es más, para que los monetaristas no se asusten advierte que será privada. Así es, nos dice que los encargados de emitirla gratuitamente (¿asumimos que sin respaldo crediticio por parte del usuario?) serán los supermercados (¿asumimos que con su respaldo crediticio?). ¿Estos son exactamente los mismos supermercados que tienen congelados los precios por “acuerdo” con el gobierno? Todo indica que sí, que son los mismos.
Como su nombre lo sugiere, la idea es que el grueso de los argentinos posean una tarjeta de crédito que esquive los rigores del sistema económico imperante. Se habrá de entender por “imperante” aquél sistema económico que se basa en la producción de capital y en el ahorro. Es decir, ¿estamos ante una tarjeta de crédito que soslayará la producción de capital y el ahorro?
Y pensar que alguna vez supe de algún dizque “liberal peruano” que propuso exactamente lo mismo.
Sobre el tema, disfruten esta charla sobre el tema que sostienen los economistas Roberto y Nicolás Cachanosky (Escuchar aquí).
1 — La Política que cuando es de nivel, es la que dirige la Economía, como el Movimiento, se demuestra andando.
2 — La misión de la Política no es proteger las ganancias. El conocido dicho de Bertolt Brecht, aunque sea una “boutade”, es básicamente acertado: “hay algo peor que asaltar un banco, es fundarlo”. Pero no hay que demonizar a los bancos. El fundador de un banco especula como la nave insignia de un sector social que vive de lo que púdicamente llama sus ahorros. En realidad establece una cultura rentística que es un símil del “paraíso” en la Tierra…….para ellos desde luego.
No abrimos juicios morales. Solo decimos que esa cultura, cuando se extiende y se extrema como en los días que corren haciendo del capital financiero el fin de la Economía, está acelerando camino al vacío. Qué resulte de eso ni quienes tienen los resortes de esa macropolítica sabe qué va a suceder. De lo que se puede sospechar con bastante fundamento es que no será generadora de paz, BIEN SUPREMO DE LA SOCIEDAD POLÍTICA.
Porque la Sociedad Política no es una asociación económica sino una relación vital que busca fundar bases aceptablemente buenas para asegurar al vida de la mayor parte. Y si eso no sucede, pasará lo que dijera el inmortal Goethe: ” Algo deberá decir el hombre que es suyo o matará e incendiará”.