Acostumbrados durante siglos a que los gobernantes impongan y manipulen para su propio provecho el dinero, la idea de que este fue originalmente un producto no político se ha extraviado a tal nivel que cuando asoma un medio de intercambio no estatal en el acto las alarmas se activan. Tal es como en octubre de 2012 el Banco Central Europeo hizo referencia al bitcoin (฿ o BTC), la moneda virtual que fue lanzada oficialmente en 2007.
Para sus defensores es el equivalente el desaparecido “patrón oro”, por lo que la sitúan en el mismo nivel a pesar de ser un producto de la ingeniería de sistemas y de la informática. Siendo su principal cualidad el ser un medio de cambio voluntario, estamos ante un dinero que no tiene curso forzoso. Por ende, no depende su existencia de gobierno alguno.
Empero, ¿qué es el bitcoin, cómo funciona? Es dinero, propiamente un medio de pago accesible mediante una aplicación de un monedero virtual en la computadora, tablet o celular a través del cual se los adquiere (usando dólares, euros u otras monedas). Otra manera de adquirirlos es mediante un reto llamado minería, el que consiste en resolver problemas matemáticos muy complicados que son premiados con bitcoins. También se puede adquirir por simple intercambio.
Ya que no es dinero físico (sea billete o moneda metálica), estamos ante una criptomoneda que nunca será tocada ni la olida. Pero no por ello dejará de ser dinero, por muy digital que sea. Como se ve, es un invento de laboratorio creado por Satoshi Nakamoto. ¿Un japonés? Realmente no se sabe si dicha persona existe. Lo único cierto es que ese es el nombre que aparece como titular del software Bitcon Core, el punto de partida del protocolo que genera dichas unidades monetarias.
He aquí su lado oscuro. El bitcoin se jacta de no ser dinero generado por autoridad central alguna, pero es imposible eludir las sospechas sobre el titular (o titulares) del software. Todo ello sobrecargado por el anonimato de sus creadores y desarrolladores, una especie de guardianes unidos para que el sistema funcione en base a determinados principios libertarios.
Si estamos ante una apuesta nacida para combatir los males endémicos de la banca central, lo lógico es que el bitcoin no adolezca de los mismos males del dinero que emiten los gobiernos y que obligan a la gente a usar a pesar de carecer de respaldo en un bien concreto (como el oro o la plata, por ejemplo). En esa medida, una regla de fundamental de los bitcoins es que nunca podrán exceder de los 21 millones de unidades (al presente, cada unidad está estimada en cerca de 600 dólares). Obviamente, con ello se busca que no se deprecie por exceso de abundancia.
Siempre dentro de sus principios, no hay límites para su uso. Su código fuente es accesible para todo el que quiera usarlo. Carece de restricciones. No es necesario identificarse. Las transacciones son inmodificables.
¿Alguien lo usa? El que multinacionales como Microsoft, Dell y Paypal los acepten indica que no estamos ante una ocurrencia que quedó en el laboratorio. Detrás de estos gigantes, no son pocos los negocios que los aceptan.
Otras experiencias de dinero virtual
- Fundada por Bernard von NotHaus, Liberty Dólar fue declara moneda ilegal por las autoridades estadounidenses. Es decir, hacerla circular constituía un delito. La fiscalía y el FBI decomisaron todos sus activos el año 2007, alrededor de dos toneladas de monedas que tenían grabadas la cara del congresista libertario Ron Paul. Como se ve, no era propiamente dinero virtual. Inicialmente NotHaus corrió el riesgo de ser sentenciado a veinte años de prisión. Finalmente fue condenado a seis meses de arresto domiciliario, con tres años de libertad condicional.
- Creada en el “remoto” 1996, eGold no fue otra cosa que el empleo a través del internet de las muy conocidas letras de cambio o pagarés. Por este viejo mecanismo de origen medieval se realizaban las transferencias de egolds. También fue calificada como ilegal por el gobierno de los EE.UU.
- Otro mecanismo de dinero virtual es Goldmoney, que ha enfrentado los mismos problemas que las anteriores monedas no estatales.
Un detalle a resaltar: las citadas tres monedas tienen como factor común el respaldo en oro.