En su Ética nicomaquea, Aristóteles decía que el estado espartano es el único en que el legislador vela por la educación y el régimen de vida de los hombres. Así, se buscaba impedir que la gente viva al modo de los cíclopes.

Dos milenios y medio después, Esparta ya no es una excepción. Hoy por hoy los estados modernos también velan por la educación y el régimen de vida de los hombres. Según los entendidos, ese fue el gran aporte de aquél reino de soldados a la cultura occidental. Por lo mismo, ¿qué fue lo que realmente hizo desaparecer a los cíclopes? ¿La “buena educación” o la violencia?

Si el mundo moderno fue posible fue porque emergió en medio del colapso de las sociedades homogéneas. Sin embargo, no hay educación pública que no apueste por inyectar valores que “refuercen” valores comunitarios. Ello hasta el grado de inventarlos, como los sentimientos patrios. Obviamente, es la extensión de aquellos valores de los que no soportan a los cíclopes.

Mas, ¿quiénes eran estos seres? Difícil saberlo en sí mismo, pero es entendible que los podemos asumir como seres que aún hoy no son parte del proceso de socialización compulsiva de los estados modernos. Y no lo son porque se resisten, apartándose de lo oficial.

Esto suena conocido. Estamos ante un proceder que se remonta a los días en los que lo diferente era ofensivo. Léase, cuando “el otro” no era nadie porque así lo decretaba el poder. Por cierto, ¿no fue “nadie” el nombre que tomó Odiseo en su lucha contra Polifemo, esa enorme criatura de un solo ojo?

El mensaje de Homero no es inocente: Todos los “otros” son lisiados o simplemente “incompletos”. Por ende, nunca verás a ningún Sócrates hablar con los árboles. Como decía Werner Jaeger, ello es propio de un hombre de ciudad. Pero ciudad no es igual a estado. En esa línea, ¿quiénes son los marginados, los que la ley excluye?

Cornelius Castoriadis precisaba que el término griego idiotes existía en directa referencia al imbécil que sólo se ocupa de sus propios asuntos. Exactamente quien colisiona con una institucionalidad que no soporta lo singular y privado, que la reta por el sólo hecho de existir.

(Publicado en Contrapoder, suplemento de Expreso, Lima, 02 de agosto, 2020)

 

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