Cuenta Aristóteles que pasados tres días de haber sido tomada Babilonia por el ejército del rey persa Ciro en el año 530 a.C., una parte de la ciudad no se enteró. En términos del filósofo griego, esos despistados no encajaban con su aserto de que el hombre de la ciudad es por naturaleza un animal social. Concretamente, estaba ante seres inferiores. Por ende, ante idiotas.
En griego la palabra idiotés refiere al individuo apartado de la ciudad, por más que esté en la ciudad. Por lo mismo, estamos ante quienes asumían que el hombre idiota se contrapone al hombre político. Si advertimos que consideraban generalmente que la vida puede ser dividida en placentera (propia del vulgo y de las bestias), política (propia de los que buscan honores) y contemplativa (propia de los filósofos), será sencillo intuir a qué grupo pertenecen esos que no se enteran de nada… De nada de los que buscan honores y de lo que imaginan los filósofos.
Claramente las distancias entre los que viven de la política y del filosofar frente a los que simplemente anhelan satisfacer sus personales necesidades eran enormes. Es por ello que para autores como Aristóteles (filósofo y preceptor de príncipes) los que únicamente buscan satisfacer sus intereses privados no encajan en el espacio público, son incompatibles con la ciudad. Así pues, se desprende fácilmente que los “no idiotas” han superado la urgencia por ganarse la vida. Puntualmente, no necesitan trabajar.
Sin pudor, estamos ante una forma aristocrática de concebir la vida en sociedad. Según Jean Starobinski, cuando a los diecinueve años le propusieron a Jean-Jacques Rousseau fungir de cajero en una tienda se enferma ante la sola perspectiva de manipular dinero y convertirse en beneficiario de la desigualdad. Léase, no quiere ser un idiota.
Bajo este legado, la política no es para mercaderes. Son estos los más grandes de los idiotas. Pero no los únicos. Para Aristóteles el propio pueblo carece de toda virtud. De ese modo, para él sólo una pequeña parte de los que residen en la ciudad son los que están en capacidad de gobernarla.
(Publicado en Contrapoder, suplemento del diario Expreso, Lima, 20 de diciembre, 2020)