Todo indica que el día en el que Girolamo Savonarola fue quemado en la hoguera (un 23 de mayo de 1498), Maquiavelo lloró.

Con casi treinta años de edad, es muy probable que el aún desconocido escritor florentino haya visto arder en la Piazza della Signoria el cuerpo previamente torturado de aquel hombre que —en su mejor momento— encarnó el cambio moral que la república de Florencia anhelaba. Así es, Savonarola representó para la entonces decadente ciudad la esperanza de su resurgimiento.

Maquiavelo fue uno de muchos que creyó en el predicador dominico, cuya aura de santidad diluía la fealdad de su rostro y su áspera y torpe personalidad. Lo tuvo como un ser excepcional. Una excepcionalidad desplegada desde el púlpito para alentar el escenario bíblico que invitaba —en aras de la “verdad”— a dividir al padre contra el hijo y al hijo contra el padre; a la madre contra la hija y la hija contra la madre; a la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra. Fuera de su “verdad”, todo le era corrupción.

A pocas décadas de que se rompa la unidad de la cristiandad, Savonarola entró en escena llevando consigo una nueva causal de conflicto: el ideológico. A las viejas pugnas entre estamentos y clases le sumaba ahora el de las ideas sobre el gobierno. Toda una novedad que cautivó al que más. He aquí un tipo de personaje que dará vida tanto a la política radical como al vengador providencial. Obviamente un vengador moral, el eterno inconforme.

Bajo este aliento, Savonarola nombrará a Jesucristo “tirano” de Florencia. Que el Altísimo solucione —redistribuyendo— los males de la república. Por su puesto, a través de su profeta y refundador: el mismo Savonarola.

¿Dónde queda el precepto de que las leyes preceden a los hombres? Aún no estamos ante el Maquiavelo que invoca a Tito Livio y Cicerón, pero quizás ya se esté ante quien comprueba in situ el mayor crimen que el moralismo puede acometer: imponer moral. Es así como vio que las libertades mundanas sucumben, apagando la energía de la ciudad.

(Publicado en Contrapoder, suplemento del diario Expreso, Lima, 14 de febrero, 2021)

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