¿Cómo controlar al poder y frenar su corrupción?
Cuando el inglés James Harrington buscó responder a esta pregunta a mediados del siglo XVII, no tuvo ningún reparo en decir que esa solución la saben aún las muchachas. Y la saben especialmente cuando de partir (y repartir) un pastel se trata. Como él lo entendió, he aquí una cuestión práctica que ellas tienen (¿o tenían?) y los políticos no.
¿Y en qué consistía el asunto? Muy simple: si se quiere evitar que una de ellas tenga ventaja a la hora de partir el pastel, entonces que elija una de las porciones la que no lo parte. De ese modo se alentará a que se divida el pastel lo más equitativamente posible, para que la que escoja no se lleve el mejor pedazo.
Tal es como Harrington propone trasladar este sencillo incentivo para proceder con justicia al campo del sistema constitucional. Siendo que concibe que el estado es el pastel, la premisa habrá de ser que la institucionalidad se diseñe para que los ambiciosos que buscan el poder controlen a los demás ambiciosos que —como ellos— también buscan el poder. Una lógica que James Madison tomará en los días de la independencia norteamericana, sentenciando que la ambición debe ponerse en juego para contrarrestar a la ambición.
Si de partida se erige una institucionalidad que asume que los que van a la captura del poder son depredadores (lobos per se) antes que seres desprendidos y generosos, será palmario que quien ejerza un cargo público estará marcado por la desconfianza. Este escepticismo cincelará el marco de acción de quienes tomen las riendas del estado-pastel, dándose que gracias a esta desconfianza se advierte que no puede haber poder supremo sin adversario que lo vigile. Por ello la república romana tuvo dos cónsules y la de Cartago dos sufetes.
Si para Tito Livio los tumultos entre los espíritus contrapuestos podían hacer parir las mejores leyes en favor de la libertad, para Harrington la añeja savia homeopática que dice que veneno mata veneno es la que mejor cura los males públicos.
(Publicado en Contrapoder, suplemento del diario Expreso, Lima, domingo 14 de marzo, 2021, p. 8)