Como durante el Virreinato, todavía hay quienes creen que la corrupción es digna de santificarla. En este cuadro del pintor mexicano José de Alcíbar (1725-1803), titulado San José y la Virgen como mediadores (1792), se plasma a la burocracia celestial en pleno funcionamiento. Debajo de ella, los terrenales tramitadores. Obviamente, si las reglas son claras y el sistema de justicia mínimamente justo estos intermediarios carecen de sentido. Pero, ahí los vemos en el mundo real. Aún campean a sus anchas a todo nivel.

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