Dijiste: “Iré a otra ciudad, iré a otro mar.

Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.

Todo esfuerzo mío es una condena escrita;

y está mi corazón – como un cadáver – sepultado.

Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.

Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire

oscuras ruinas de mi vida veo aquí,

donde tantos años pasé y destruí y perdí”.

Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.

La ciudad te seguirá. Vagarás

por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo

y en estas mismas casas encanecerás.

Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-

no hay barco para ti, no hay camino.

Así como tu vida la arruinaste aquí

en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste.

(Traducción de Miguel Castillo Didier)

Share This